DECÁLOGO DEL REJONEADOR. POR EL DUQUE DE PINOHERMOSO
1º.- Amarás a los caballos y los trabajarás de tal manera que luego no te protesten durante la lidia. Procura que no los toquen, pues, además de ser feo, dificultará su doma.
2º.- No hagas uso habitual de los auxiliadores.
3º.- Déjate ver del enemigo. No entres nunca por sorpresa.
4º.- Al clavar, ve de frente, y, en el momento de hacerlo, procura que el caballo, con perfecta colocación de cabeza y cuello, mire a la res.
5º.- Deja llegar a ésta hasta el propio encuentro del caballo (no al estribo), y clava de arriba abajo.
6º.- Al torear, lleva la res templadamente de un tercio a otro.
7º.- En los rejones de muerte, de la manera de llevar éstos dependerá el resultado que obtengas.
8º.- Las suertes realízalas en los medios, de ser posible, y si no, al sesgo o de dentro a fuera. Por dentro, amparándose en las tablas, no tienen valor alguno.
9º.- Será rejoneador el que en estas condiciones no pase en falso. El público también saldrá ganando.
10º.- Cuando intentes algún aire de alta escuela, procura hacerlo correctamente; como si no hubiera toro en la plaza.
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