Sobran los comentarios. Ayer en Valencia reaparecia el mito del siglo XXI. En el toreo se volvía a dar una vuelta de tuerca.
No se sabe cuanto cobró el torero, ni el precio que tuvo que pagar algún aficionado por conseguir una entrada en la reventa.
Cuando ocurren estas cosas es sinónimo de que la emoción va a estar asegurada en la plaza, y el público, quien de verdad mantiene la fiesta así lo demuestra...
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