
Ayer 30 de agosto se cumplían veinticuatro años de la tragedia de Colmenar Viejo.
De nuevo, la fiesta volvía a vestirse de luto apenas un año después de la vivida en la plaza de toros de Pozoblanco, Cuando Paquirri caía mortalmente herido por las astas de Avispado. Tuvo que ser José Cubero "Yiyo" quien pusiera fin a la vida del toro asesino, y tuvo que ser éste joven Príncipe del Toreo, el que dejara un año más tarde su vida en la madrileña plaza de Colmenar Viejo, al ser empitonado por el toro Burlero, partiéndole su joven corazón de 21 años.
Esa es la grandeza de la Fiesta, la grandeza que se empeñan algunos en querer destruir, y no tienen la menor idea para comprender, que aquí se muere de verdad.
BELMEZ TAURINO, rinde homenaje a quien iba a destacarse como una auténtica figura del toreo, ya lo era cuando encontró la muerte aquel 30 de agosto de 1985, en una corrida de toros en la que sin estar anunciado, no dudó en sustituir A Curro Romero para lidiar un encierro de marcos Núñez, junto al Maestro Antoñete y José Luis Palomar.
Tras realizar una gran faena al sexto de la tarde, al entrar a matar al segundo intento dejó una estocada en todo lo alto, y el animal lo prendió por el costado levantándolo en vilo, destrozándole el corazón y cayendo muerto el torero al instante.
José Cubero "Yiyo", nació en Burdeos (Francia), el 16 de abril de 1964, aventajado alumno de la Escuela Nacional de Tauromaquia, de Madrid; aquella donde los jóvenes aspirantes que empiezan con la misma ilusión del malogrado diestro, ven colgada de sus paredes esa famosa frase que dice: Llegar a ser figura del toreo es un milagro; el toro te puede quitar la vida, la gloria jamás.
Toma la alternativa en Burgos, el 30 de junio de 1981, de manos de Ángel Teruel, quien le cedió el toro Comadrejo, de la ganadería de Joaquín Buendía, actuando de testigo José Mª. Manzanares. Confirmó en Madrid en San Isidro de 1982, el 27 de mayo; en esta ocasión fue el testigo de la alternativa el que le cediera los trastos, en presencia del trianero Emilio Muñoz. Bohemio, fue el toro de la ceremonia, de la ganadería de Félix Cameno.
"Yiyo" a pesar de su corta edad, tenía muy claro en la vida lo que quería ser, como lo demuestra la frase recogida al torero del barrio de Canillejas: "YO QUIERO SER EL TORERO DE MADRID, NO TORERO DE MADRID".