viernes, 28 de agosto de 2009

HOY LA FIRMA INVITADA: PACO LAGUNA (Escritor taurino y Biógrafo Oficial de Manolete)


EL MITO MANOLETE


Hoy más que nunca debemos sentirnos orgullosos todos aquellos aficionados, que , sin haber visto torear a Manuel Rodríguez Sánchez "Manolete", estamos enamorados de su tauromaquia, esa genuina tauromaquia que implantó en los ruedos con un señorío y una majestad únicas.


Hoy, la tauromaquia de manolete tiene una palpitante actualidad, sirviéndole de modelo a muchos toreros, críticos, aficionados, conferenciantes y revistas especializadas en el tema taurino.

El tiempo, ese gran señor que todo lo pone en su sitio, está velando por las grandezas del torero de Manolete; de todos es es sabido que el tiempo lo borra todo, pues en el caso de Manolete, esta pasando todo lo contrario. A medida que pasan os años su figura se nos presenta más fresca, actual y sobre todo necesaria.

Sin distinguidos amigos, muy necesaria ya que estamos en una época carente de muchos conceptos que engrandecen a la fiesta de los toros.

Manolete era la verdad sagrada ante la muerte vestido de luces y ante un toro, su vergüenza torera le hacían imposible dar un paso atrás, siempre derecho en busca el astado, sin ventajas en su majestuosa verticalidad, que, trajo como eje central de su arte supremo. Con el valor tremendo de presentarle a los toros su muleta retrasada como nadie antes había hecho, llegándoles a los toros a un terreno que nadie había abordado; inventando para siempre que torear es ligar las tandas, y desmoronando todas las normas y cánones para hacerles faenas a casi todos los toros.

No copió a nadie, lo suyo era el advenimiento de unos conceptos nuevos en tauromaquia, y como todo lo nuevo pudo pasar de moda, pero es ahí donde estriba su grandeza, que su tauromaquia no ha pasado, ni pasará nunca de moda porque se aposentaba en el pedestal de la personalidad, esa tremenda personalidad que persiguió como su sombra al mito Manolete.

Siempre ando recto por la vida, al igual que cuando se enfrentaba a los toros, que con su caminar sereno se iba en linea recta en busca de la fiera, para dibujar las escenas más plásticas conocidas hasta la fecha.

Consolidó el toreo ligado para siempre, cuyas enseñanzas todavía hoy quieren imitarlas las máximas figuras del toreo actual.

Daba vértigo verle con aquella angustiosa quietud y verticalidad para sacarle faena a todos los toros, que hasta él, nadie había hecho aquellos intentos en los toros difíciles, borrando del mapa taurino aquella célebre frase de los coletudos: "El día que me salga mi toro". Para Manolete, ese día eran todas las tardes y en sus dos toros, no se conformaba con triunfar en uno, sino que buscaba el triunfo en los dos, el ejemplo más claro lo tenemos en su presentación en laplaza de México, aquel glorioso 9 de diciembre del año 1945, que habiéndole cortado el rabo al toro de su presentación de nombre "Gitano", mo se conformó con el clamoroso triunfo, recibiendo con el capote más quieto que un poste al segundo, de nombre "Cachorro", que al vencerse el toro y no moverse lo más mínimo, le infirió una grave cornada en su muslo izquierdo.

La senda de manolete sigue iluminando al planeta taurino, el cual continua bebiendo en las cristalinas aguas de su tauromaquia. Ahí estan esas fotografías suyas en la puerta de cuadrillas, dando la vuelta al ruedo, esperando la salida del toro, incluso fumando entre barreras, dando sus maravillosas medias verónicas, regustándose en aquellos interminables naturales, recibiendo con las zapatillas juntas de frente al toro en sus manoletinas, y no digamos de sus prodigiosas estocadas, imágenes que no parecen de un ayer ya lejano, con más de medio siglo de historia.

Hoy, cualquier semejanza con la torería del "Monstruo", lleva rápidamente al estrellato a su realizador, pero claro está, ese estrellato no está al alcance de cualquiera, porque la verdad de la tauromaquia de Manolete, tiene dos puertas, las de éxito y las de las enfermerías. Aquel que quiera asomarse a ese personalísimo toreo, tendrá que asumir irremediablemente las inevitables cogidas. Porque ahí donde hay que ponerse, y de la manera que hay que entablar la pelea los toros suelen coger, ya que son muchas las ventajas que tiene que darle su matador, para que la faena tenga el corte manoletista.

De seguro que Manolete tendrá también sus detractores, algo inevitable para la vida eterna de todos los mitos, que precisamente se consagran años tras años, venciendo todas las críticas y argumentos en su contra.

A Manolete le inventaron todo lo que ustedes se puedan imaginar dentro y fuera de los ruedos, pero la historia se ha encargado de ponerlo en su sitio, de donde nadie podrá moverle por los siglos de los siglos.

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