jueves, 10 de septiembre de 2009

EN EL RECUERDO... CARTEL DE LUJO EN LA FERIA DE 1979


A punto de sonar clarines y timbales, para descerrojar el doble portón de cuadrillas, y aparezcan en el ruedo belmezano los diestros anunciados en el cartel de feria. Es 8 de septiembre de 1979, el día grande de Belmez. Su patrona La Virgen de los Remedios paseada por las calles del pueblo en la tradicional noche de la Velada, se encuentra ya en su Iglesia. A buen seguro, uno de los tres diestros de aquella tarde la llevará en su mente, nada más iniciar el paseo en el centro de dos auténticas figuras del toreo, bajo la responsabilidad de su plaza y de su público.

En el patio de cuadrillas, ambas figuras se miran sonrientes - probablemente les haya divertido alguna anécdota contada por el diestro de Palma del Río - ante el gesto más serio, tal vez forzado y responsable, de quien tiene la oportunidad de subir un peldaño más en su complicada carrera como matador de toros.

A el diestro debutante - con la montera en la mano - por ser más veterano le tocó romper plaza. El catalán Joaquín Bernadó obtuvo un balance de oreja y vuelta. El ídolo de multitudes Manuel Benítez volvía a reaparecer en Belmez, después de un largo periodo sin torear en una plaza emblemática para él en su etapa de novillero. Le cortó dos orejas y rabo a su primero y fue ovacionado en el quinto.
Mientras el torero de rostro más serio se alzó triunfador del festejo al obtener los máximos trofeos de su lote. Una extraordinaria tarde de toros la ofrecida por Tomás Moreno a sus paisanos aquella feria de 1979, donde la ilusión del torero de Belmez - en su cuarto año de alternativa - volvía a ver la luz, esperando le llegara la tan ansiada oportunidad de torear en Los Califas como matador de toros. Una oportunidad que nunca llegaría por motivos que nadie puede explicarse, y que por desgracia ocurren en el complicado mundo de los toros.
Córdoba y su "afición" se lo perdió..

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