martes, 22 de septiembre de 2009

HOY LA FIRMA INVITADA: LAUREANO GIL SÁNCHEZ (Aficionado Belmezano)




"LA SUERTE DE VARAS"




No deseo ocultar que hablar de Los Toros es una de mis grandes pasiones y, si en esto añado, que mi forma temperamental de defender mis puntos de vista es, dentro del pequeño circulo de amigos - taurinos, harto conocida - ellos tampoco son mancos -, nos encontramos con una tertulia que comienza dialogante, continúa discrepante y finaliza... como siempre. Por ello cuando se me da esta oportunidad de sacar el tema con sosiego de la escritura se agradece.




Es incontestable que en la corrida hay infinidad de cosas que aprender y una muy importante es, sobre todo, saber ver al toro. Hoy, con frecuencia, es el torero el que arrebata al toro todo el protagonismo de la fiesta y me viene al recuerdo lo que apunto, cuando de la mano de mi padre y alboreaba mi aprendizaje me explicó "La Suerte de Varas" con lo que yo no estaba de acuerdo porque, sencillamente, no lo entendía. ¿Qué el toro debía ser picado para apreciar su bravura? era algo que no alcanzaba a percibir, pero sus reiteradas explicaciones lo consiguieron. Desde entonces siempre que se va a picar, espero que se realice como él me enseñó. El el primer puyazo debe estar el toro situado a la distancia precisa, esperar su embestida, lanzarle la vara desde lejos, clavársela en el morrillo - un poco trasera si tiene tendencia a bajar la cabeza, más delantera si la tendencia es levantarla -, no taparle la salida, medirle su poder echando con más o menos fuerza el cuerpo sobre la vara, para luego ir separando al caballo, procurando que la reunión se deshaga con belleza. En un segundo puyazo hay que poner más distancia entre toro y picador y, ahora veremos. Si el toro se arranca es que hay encaste y bravura.




Pues bien, ¿cómo se pica ahora?, de pena. No se coloca al toro, muchas veces, se tapa la salida... en fin, todo lo que no se debe hacer se viene haciendo y esto conlleva a que nos hemos quedado sin ver la Suerte de Varas o, lo que es lo mismo, NO HEMOS VISTO LA BRAVURA DEL TORO.




Espero haber dejado claro la enorme importancia que hoy, cuando ya he rebasado el medio siglo de años, tiene para mi la suerte de varas, tan criticada y atacada por los detractores de la Fiesta, fruto del desconocimiento, como a mí me ocurrió en mi niñez.








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